La novela
escrita por Philip K. Dick presenta un mundo post-apocalíptico en el cual todos
quieren escapar de algo para llegar a algún lugar mejor. Lo más curioso es que,
por cada cosa, lugar o situación de la que alguien (o algo) huye, alguien más
quiere conseguirlo. Los humanos huyen de la Tierra para escapar de la
posibilidad de ser infértiles o convertirse en un “especial”, mientras que los
colonos pareciera que extrañan su hogar y los androides tienen como único
objetivo vivir de manera “normal” en la Tierra. Los humanos usan la religión
del Mercerismo para huir del mundo real y vivir sin dolor, unidos por el lazo
invisible de la empatía. Los androides buscan, a veces de manera inconsciente,
esa clase comunidad entre ellos, el poder pertenecer a ese mundo con los demás.
De estos
escapes surge una lucha entre dos grupos, los androides y los humanos. La perspectiva del lector surge a través de
varios personajes, todos humanos y teniendo como principal al cazarrecompensas
Deckard. Este personaje va cambiando continuamente a lo largo de la historia,
primero viendo como simplemente objetos o computadoras a los “andrillos”.
Mientras va retirando al grupo de Nexus-6 renegados, se da cuenta de su valor,
no sólo como objetos, sino también como entidades. Ellos lo quieren muerto, eso
le queda claro, pero aun así siente empatía por cómo parecen sentir miedo,
deseo y un sentido de preservación. Al final valora a las criaturas eléctricas
y pareciera que los considera vivos, pero diferentes a la vida humana.
Los
androides, por su parte, quieren vivir una vida normal. Sin embargo, debido a
su intelecto y su alta capacidad de raciocinio, no dudan en hacer lo que sea
para mantenerse escondidos, desde matar a otros humanos hasta engañar o
entregar a sus compañeros con tal de seguir con “vida”. La culminación de esta
misión se refleja con los androides mostrando cierto nivel de odio y alegría quitándoles
a los humanos aquellos diferenciadores. La primera se muestra a través de
Rachael Rosen, engañando a Deckard para que no tenga el valor de terminar con
el grupo y matando a su cabra, cosa que le daba alegría y lo hacía sentir más “orgánico”.
La segunda lo muestra el grupo de androides escapados cuando Buster demuestra
que el Mercerismo es una mentira. Ellos concluyen que ahora no hay diferencia
entre humano y androide, sin embargo, siguen demostrando falta de empatía hacia
otros animales. Las personas, por su parte, parecen no ser afectados de gran
manera, puesto que pueden seguir compartiendo emociones a través de la caja de
empatía y con sus acciones diarias. Ejemplo de esto es cuando Iran pide comida
y herramientas para cuidar de la rana eléctrica que encontró su esposo y con lo
que estaba tan ilusionado.
Creo que al
final, los androides si tenían vida. Esta no tiene que expresarse a través de
la empatía necesariamente, cada forma o categoría expresará su deseo de
mantenerse en este mundo de una forma o de otra.